Eres veterinario de rumiantes en una zona de alta densidad ganadera en la zona central de la península ibérica. Uno de los ganaderos con los que trabajas se pone en contacto contigo para exponerte un problema en su granja de ovino de leche de 300 cabezas: durante la actual paridera está observando un anormal pico de abortos.
Figura 1: Rebaño ovino (fuente: VISAVET)
Dichos fallos reproductivos están afectando aproximadamente al 20% de las hembras preñadas, tienen lugar en el último tercio de gestación y en su gran mayoría ocurren en hembras primíparas.
En las dos anteriores parideras ya ha habido episodios de abortos en menor porcentaje, que no se habían comunicado.
Figura 2: Rebaño ovino (fuente: Christian Gortázar)
Figura 3: Feto ovino abortado en el último tercio de gestación (fuente: VISAVET)
Ante esta situación, comunicas a las autoridades sanitarias el caso y, de acuerdo a sus indicaciones procedes a realizar la toma de muestras para llevar a cabo el diagnóstico
Figura 4: Toma de muestras de hisopo vaginal de una oveja (fuente: VISAVET)
Figura 5: Toma de muestras de hisopo vaginal de una oveja (fuente: VISAVET)
Figura 6: Uso de Equipos de Protección Individual en el manejo de rumiantes ante sospecha de microorganismos zoonósicos de riesgo III (fuente: VISAVET).
Los resultados del laboratorio señalan que mediante PCR se ha detectado la presencia de ADN de un patógeno bacteriano causante de abortos en rumiantes en las muestras de hisopo vaginal de todas las hembras muestreadas y en una proporción de las muestras de leche y heces. Asimismo, el suero de todas las hembras muestreadas ha presentado anticuerpos específicos frente a la misma bacteria detectada por PCR.
Sin embargo, el cultivo microbiológico de las muestras ha resultados negativo, no habiendo permitido el aislamiento del microorganismo detectado por PCR ni mediante el empleo de medios de cultivo generales ni específicos para distintos grupos bacterianos.
Como información complementaria, cabe citar que en la granja está instaurado un programa de vacunación frente al aborto enzoótico y el aborto paratífico desde hace cinco años, así como frente a toxoplasmosis desde hace dos. Asimismo, la región es oficialmente indemne a brucelosis.
Por otro lado, cabe citar que en las tres parideras anteriores ha habido casos similares en granjas de cabras vecinas, situadas a una distancia de unos 3 km de la granja en estudio, habiendo presentado estas un elevado porcentaje de abortos.
El patógeno responsable del brote de abortos en esta explotación ovina es Coxiella burnetti, bacteria Gram negativa agente causal de la fiebre Q. Esta enfermedad de declaración obligatoria es una zoonosis de distribución mundial que puede afectar a un elevado número de especies de mamíferos tanto domésticos como salvajes, si bien los rumiantes domésticos son su principal reservorio, estando sometida a planes de vigilancia y control en estas especies en nuestro país. En rumiantes, su principal manifestación son los abortos en el último tercio de gestación. Si bien normalmente las hembras solo abortan una vez en su vida, son capaces de seguir excretando la bacteria en sucesivos partos a través de las secreciones vaginales tras el acontecimiento reproductivo, así como en la leche y las heces, que junto con las placentas y fetos contaminan el ambiente. La transmisión a otros animales y al hombre se produce principalmente vía aerógena, pudiendo desplazarse por el viento varios kilómetros. Coxiella burnetii es además una bacteria altamente resistente a los tratamientos desinfectantes y a las condiciones ambientales, como la desecación, y presenta una dosis infectiva muy baja.
Figura 7: Bacterias de la especie Coxiella burnetii vistas por microscopía electrónica (fuente: National Institute of Allergy and Infectious Diseases (NIAID) - the National Institutes of Health’s (NIH) - Rocky Mountain Laboratories (RML), from Public Health Image Library from CDC).
En el hombre, en muchos casos la infección puede ser asintomática o producir cuadros autolimitantes similares a cuadros gripales. Sin embargo, también puede causar cuadros de hepatitis, neunomía o endocarditis, entre otras manifestaciones, pudiendo incluso derivar en la muerte del paciente. Además, también puede dar lugar a cuadros de tipo crónico como el síndrome de fatiga crónica, altamente inhabilitantes.
Figura 8: Fotomicrografía de un tejido que muestra la presencia de numerosas bacterias de la especie Coxiella burnetii (fuente: Public Health Image Library from CDC).
Así, todas las características anteriormente citadas la convierten en un microorganismo cuyo manejo requiere un nivel III de contención biológica de acuerdo al Real Decreto 664/1997, y está considerada una potencial arma biológica.
Al tratarse de una bacteria intracelular obligada, no puede cultivarse en medios de cultivo para bacterias sino que requiere líneas celulares o animales de laboratorio para su aislamiento. Por ello, el diagnóstico normalmente se basa en la detección del material genérico de la bacteria en muestras clínicas y en la detección de anticuerpos específicos.
El control de la enfermedad se basa en la aplicación de protocolos de limpieza y desinfección, el adecuado tratamiento de los residuos, incluyendo cama y estiérocol, y la vacunación de los animales (tanto preventiva como en granjas ya infectadas). Actualmente existe una única vacuna comercial registrada, Coxevac®, que limita la aparición de fallos reproductivos y disminuye la excreción, y, con ello, la contaminación ambiental.
En España existe un programa de vigilancia y control de la fiebre Q en aplicación del Reglamento 689/2020 y la Directiva 99/2003, que establece la vigilancia de la enfermedad en bovinos y pequeños rumiantes, propone actuaciones de control en estas especies y un protocolo de actuación ante la aparición de brotes zoonósicos.
Figura 9: Imagen microscópica electrónica de barrido (SEM), coloreada digitalmente, de una célula Vero, revelando su contenido y los detalles ultraestructurales en una vacuola abierta dentro de la cual se pueden ver numerosas bacterias de la especie Coxiella burnetii (fuente: National Institute of Allergy and Infectious Diseases (NIAID) from Public Health Image Library from CDC).